viernes, 12 de noviembre de 2010

Sorpresas te da la gente





Llegué el miercoles por la noche mientras escribia algunas cosas en el blog el compañero escocés de habitación entró y sorprendido al volverme a ver por aquí (supusimos que no volveríamos a coincidir) y me preguntó que cómo habían ido las cosas y cuales eran los siguientes destinos. Coincidimos en querer ir a Kuranda en el Bosque Tropical y comentamos de coger el autobús de las 11.30 para ir.


Pasa que cuando uno no mira las cosas correctamente, o se fia de lo que otros han hecho pues a veces hay despistes, y entre que no sabemos que bus hay que tomar, si el que esperamos es el bueno si quizá va a ser demasiado tarde para ir... Anke una chica alemana tambien nos pregunta si es el bus al Skyrail o arriba del todo porque también va bastante perdida. Al final tuvimos suerte y el autobús nos llevó hasta arriba del todo de Kuranda donde Keith, Anke, que se sumó a la expedición; y el que escribe fuimos a dar una vuelta por el bosque tropical: árboles gigantes, poca vegetación en el suelo a causa de la falta de luz, grandes telarañas y un rio falto de crocs! Sí teníamos ganas de salir corriendo delante de uno tal corredores en San Fermín, pero nos faltó la ocasión. Total que una vez acabada la excursión de 1 hora por el bosque tomamos el Skyrail que durante 1 hora te traslada colgado del cable por encima de las copas de los arboles pudiendo parar en 2 estaciones intermedias.



La primera Barron Falls con dos miradores hacia las cataratas, que tristemente estan controladas por una central hidroeléctrica, y la segunda Red Peak dónde nos apuntamos a un pequeño tour donde un guía nos dió una pequeña explicación de como se desarolla el bosque tropical. A las 16.30h estabamos de vuelta hacia Cairns sin haber comido y entonces se inicio el debate de un almuerzo tardío o una cena temprana o simplemente un Dunch (Dinner + Lunch). Para Keith era el último día en Cairns y de vacaciones y Anke quería comer pescado, así que dirigiendonos hacia The Splanade nos encontramos con la oferta Early Bird, osea reducción del 30% si cenabamos entre las 17 y las 19.30h asi que por supuesto. Ella pidió Dorada y Keith y yo un enorme plato de marisco delicioso. Todo ello al lado del paseo marítimo con vistas al mar y en una temperatura óptima.

Ya a las 19.30h marchamos al albergue donde de camino compramos unas cervezas que tomamos amigablemente al lado de la picina mientras desmontamos el mundo y comentamos mil cosas. Entre todo ello miramos al fotos del día quedando muy descontento de ellas al quedar muchas de ellas poco claras y nítidas, y luego entre los dos me dieron bastante información de cosas a hacer en Sydney mi siguiente destino a partir del sabado. La charla se alargó hasta las 00.30h cuando decidimos ir a la cama pues quedé con Anke de alquilar un coche para el día siguiente y ir a Port Douglas y cercanías a pasar el día.



A las 8.30h teníamos ya el coche: un pequeño Hyundai Getz de color amarillo horrible y con un bonito volante en el lado derecho. Vale.. ¿y ahora? Anke fue la primera valiente en aprender a conducir al revés del mundo y fuimos hasta las playas al norte de Cairns, un lugar precioso, paradisíaco y luego a Mossen Gorge en lo alto de la montaña en un pequeño paseo al lado de los rápidos del río, cuya agua estaba helada y llena de peces uno de ellos un pez serpiente, o algo parecido a ellas.



Siguiente destino.. Port Douglas, donde los hoteles de 5 estrellas se apiñan y los multimillonarios tienen sus 5tas residencias. Lugar dorado de los buceadores y sede de al menos 10 compañías que operan para bucear en la gran barrera de coral. La ciudad en si es una pequeña villa con un enorme y precioso parque que da al mar, lleno de palmeras y increibles vistas a la bahía. Ah! Y un enorme cartel diciendo: no te bañes aquí que viven cocodrilos y puede que pases a formar parte de su cadena alimenticia. Visita a Coles y picnic en playas de arena blanca finisima con sorpresa incluida: Ante el peligro de las mortales medusas que azotan el oceano han inventado una red separadora que los mantiene atrapadas en el ancho oceano; osea que tienes 50 kilómetros de playas pero sólo puedes nadar en 100 metros cuadrados porque sino no vuelves a la orilla.


Siesta y sorpresa final en nuestra ruta por el interior hacia Mount Molley y Kuranda donde hemos atravesado el Rainforrest, circulado al lado de un lago y disfrutando de los cambios de colores y luz que proporcionada la cantidad de humedad del bosque y las nubes que se forman alrededor de las montañas. Ya de vuelta llenar el deposito de combustible para devolver el coche por la mañana y relax.



Mañana empieza otro tipo de viaje durante 10 dias más cultural en las ciudades de Sydney y Melbourne. Luego otra vez de vuelta a la naturaleza en Tansmania y New Zealand.


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